Esta noche mis brazos
se extenderán más allá
del horizonte que dejaste
y apartarán, ansiosos,
ese inmenso estorbo
al que llaman océano
para rodear tu cintura.
Llegaré hasta ti
para redescubrir
que no existe más cielo
que aquel escondido
entre tus piernas
y abriré mi boca
para saciar esta sed
ávida de tu diluvio.
Renaceré en esa lluvia,
que en tus sueños
diluyó la distancia,
y estaré allí contigo
aunque tú despiertes sola.
5 de abril de 2025
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