jueves, marzo 22, 2007

Desde el paradero

El amor es un ómnibus que se pasa de largo y te deja sentado en el paradero, esperando al siguiente, sin saber que ése era el último.

miércoles, marzo 14, 2007

Porthos

Me dicen que te has muerto, pero creo que no tienen razón. Todavía puedo escuchar tus patas atolondradas bajando las escaleras y tus ladridos cuando suena el timbre. Como lo hago desde hace diez años, todavía levanto los cojines de los muebles para que tú, pendenciero, no te eches a dormir en el juego de sala de la vieja. Aún siento que llegarás a saludarme en medio de la madrugada, entre dormido y despierto, al sentirme llegar a casa, tarde, como siempre. Anoche hasta escuché como roncabas debajo de mi cama. Bajé la mano para acariciar tu cabezota, pero sólo sentí el frío del piso que me hizo recordar que cuando un tumor hace metástasis en el cuello de un perro cualquier esfuerzo es inútil. Y me volví a dormir. Quizá para no llorar, quizá para poder acariciarte en un sueño. Un sueño que me diga que es mentira que estás enterrado en mi jardín.



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domingo, enero 07, 2007

La mariposa de Torrico

No tengo un sol que me alumbre
confesé a la mariposa coqueta
que ofreció borrar mi pesadumbre
en alguna habitación discreta.

Qué pena guapo, será otro día
me dijo con fingida aflicción
mientras a mí se me encogía
el ánimo debajo del pantalón.

Y voló en busca de mejor postor
alguno con costumbres de califa,
no le importaba la edad o el color,
sólo que le alcanzara para la tarifa.

La culpa no es mía, es del banquero,
rumiaba con mi orgullo deshecho,
cuando apareció el pendenciero
que se llevó la mariposa al lecho.

Me marché a buscar mejor suerte,
pero Dios no recuerda que existo,
terminé en un bar de mala muerte
chupando con el gordo Calixto.

Y me fui otra vez borracho a la cama
con la esperanza de soñar que era rico,
entre los califas el de mayor fama,
y que volaba con la mariposa de Torrico.