miércoles, abril 13, 2005

El cochino dinero

Uno de los beneficios que me da este trabajo es un toyota negro con lunas polarizadas que me lleva religiosamente hasta la puerta de mi casa cuando termino la jornada laboral de diez, doce o catorce horas. Cosa paradójica, hombre con chofer y –en estos meses de pago de impuestos– con muchas tarjetas, pero ningún billete en la cartera. Necesito más plata carajo, pensaba a lo largo de la Vía de Evitamiento. Me di cuenta de manera más nítida de mi necesidad cuando me pareció una barbaridad pagar tres soles por el peaje. Pensé en un post que leí por ahí (creo que en “Agenda de un Loco Razonable”) en el cual el autor preguntaba si alguien conocía dónde había dinero botado para ir a recogerlo. Me reí. A la altura del puente Benavides volví a recordar que no tenía plata. Retornó mi malhumor. Llegué a mi casa, me bajé del carro. Cuando caminaba hacia la puerta encontré a una señora agachada cerca al jardín del frente de mi casa. Buscaba en mi basura algo que sirviera para reciclar. “Perdón, joven…”, murmuró pensando quizá que la echaría de allí. Hay gente que está más jodida que yo, pensé recordando los dichos de mi madre. “Busque no más seño, si encuentra plata me avisa ah!”. No me entendió. Y yo me reí otra vez.

martes, abril 12, 2005

¡Aquí se habla español!

No tengo nada en contra del inglés, idioma que no domino, pero que muchas veces tengo que usar por cuestiones de trabajo. Sin embargo, soy un enamorado de mi lengua materna, y quizá por eso me resisto a ser parte del aplastante proceso que se evidencia cada día más en nuestra forma de comunicarnos y de sustantivar.

A lo largo de no pocos años el inglés fue apoderándose sigilosamente de un espacio importante en nuestro lenguaje cotidiano hasta reemplazar por completo a los vocablos en español con el mismo significado. Casi sin darnos cuenta empezamos a decir “break” en vez de “receso”. Ahora buscamos un trabajo “part time”, y no “a medio tiempo”, o “full time”, y no “a tiempo completo”. Ya nadie pide un “cojín” de shampoo, sino un “sachet”. Y hasta una controvertida conductora de televisión ha recogido una exclamación muy de moda entre las jovencitas cuando una noticia las sorprende: “whaaaattttt!”, en vez de ¡queeeee! En fin, ejemplos sobran.

A mediados de la década de los noventas, el fenómeno de la globalización hizo que el conocimiento del inglés dejara de ser un valor adicional a la formación profesional para convertirse en un pre-requisito de la misma. Sin embargo, este proceso fue más allá y en muchos casos el inglés sustituyó al castellano. La poderosa internet e incluso el gigantesco crecimiento de la televisión por cable, terminaron de abonar un fértil terreno para los anglicismos.

Intentaré acercar lo que trato de decir al medio que estoy utilizando. En la mayoría de las bitácoras latinas y en nuestro caso, peruanas, casi todos los bloggers usan gran cantidad de palabras y frases en inglés. Incluso redactan posts enteros en ese idioma, que no es el suyo. No es mi intención criticar esta costumbre, pues no tiene nada de mala, pero –al menos para mí– sí bastante de singular. Por ejemplo, me he topado con algunos post en los cuales la gramática es perfecta cuando se redacta en inglés, pero pésima cuando se usa el castellano.

Sería obtuso negar que el conocimiento del inglés es vital para nuestro desarrollo individual e incluso social, puesto que constituye el idioma universal en cuanto a conocimiento y tecnología. Pero considero que no por ello debería desplazarse el cultivo del castellano. Incurrir en este tipo de discriminación lingüística –desde mi humilde punto de vista– no tiene otro nombre que alienación.

El castellano es un idioma hermoso, inacabable y elegante. Si China no tuviera tantos millones de habitantes, nuestra lengua sería la más hablada en el mundo. Sin embargo, los latinos nos empeñamos cada vez más en mejorar nuestro acento y aumentar nuestro vocabulario en inglés, y nos preocupamos cada vez menos en hablar y escribir correctamente nuestro propio idioma. Eso es lamentable.

sábado, abril 09, 2005

...manyas?

Hace poco estuve revisando blogs mexicanos. Algunos post me parecieron muy interesantes, aunque a veces se tornaban algo difíciles de comprender debido a la frecuencia con la que usaban la jerga local. Aunque –gracias al eterno Chavo del 8– tengo un conocimiento básico de la jerga mexicana, algunas de las palabras que leí hasta hoy permanecen en la nebulosa de mi cerebro.

Entonces recordé que al leer los blogs peruanos había encontrado varias jergas de uso frecuente en nuestro medio, e incluso caí en la cuenta de que yo mismo había usado este tipo de lenguaje en más de una ocasión. Pensando en quienes nos leen desde otros lares hice una pequeña selección de un diccionario de la exquisita, inacabable e ingeniosa jerga peruana que encontré en la web. Espero les sea de utilidad.


A

Achorado: (adj.) desafiante. “Mejor ni lo mires porque es bien achorado”
Afanar: (v.) enamorar, cortejar.
Aguja: (adj.) exiguo de dinero. “Te pago la próxima semana porque ahora estoy aguja”.
Al polo: (adj.) helado. “¡Mozo, dos cervezas al polo!”.
Ampayar: (v.) pillar, agarrar desprevenido, "con las manos en la masa".
Arrecho: (adj.) excitado sexualmente (verbo: arrechar, arrecharse).
Arruga: (f.) deuda. “Los García ya no podían con tantas arrugas”.
Asado: (adj.) enojado. “Estoy bien asado contigo”.

B

Bacán: 1) (adj.) equivalente al “cool” norteamericano o al “chévere” venezolano.
Bamba: (adj.) falsificado, no original, imitación.
Bobo: (m.) 1) reloj de pulsera; 2) corazón
Buitrear: (v.) vomitar.

C

Cabro/cabrilla: (m.) hombre afeminado.
Cachar: (v.) tener relaciones sexuales.
Cachuelo: (m.) trabajo temporal, informal
Calato: 1) (sust./adj.) persona desnuda; 2) por extensión, bebé.
Camote: (m.) cariño efusivo. “Le he agarrado camote a María”
Cana: (f.) cárcel.
Caña: (f.) automóvil. Por extensión, chofer.
Cocos: (f.) dólares.
Coima: (f.) comisión que se da para obtener algo en forma ilegal.
Cojudo: (adj.) palabra usada como insulto fuerte.
Conchudo: (adj.) desentendido, indolente, desobligado.
Combi:(m.) Pequeño bus o van de transporte público urbano.
Como cancha: (adv.) mucho, bastante. “¡Había gente como cancha en la fila!”
Chamullar: hablar mucho tratando de convencer a alguien aunque uno no esté seguro.
Chape: (m.) beso en la boca.
Chibolo (a): (adj) niño.
China: (f.) moneda, equivalente a cincuenta céntimos del Perú.
Choro: (sust.) ladrón, ratero (verbo: chorear). “Ese barrio está lleno de choros”.
Chupado: (sust./adj.) tímido, cobarde.
Chupar: (v.) libar.
Chupe: Trabajador de segundo nivel que alaba al jefe.

F

Fallo: (m.) cigarrillo.
Figuretti: (sust./adj.) persona que intenta ser siempre el centro de la atención
Fintero: (adj./sust.) que aparenta algo que no es.
Florear: (v.) adular, alabar.
Floro: el mejor léxico para impresionar,
Fregar: (v.) molestar, fastidiar
Frío: (sust./adj.) muerto. “Cuando la ambulancia llegó, el paciente ya estaba frío”.

H

Hincha: (invariable en el masculino) seguidor de un equipo de fútbol.
Huachafo: (sust.) persona cursi, ridícula.
Huachimán: (m.) agente uniformado de seguridad particular. (Del inglés "watchman").
Huarique: (m.) bar, cantina, o lugar de reunión con un cierto aire de clandestinidad.
Huevo: (adj.) fácil. “El último examen estuvo huevo”.
Hueveo: (sust..) solaz. “Hoy en el colegio fue puro hueveo”.

J

Jerma: (f.) enamorada, novia
Jodido: (adj.) 1) destrozado, arruinado, 2)complicado, difícil.

L

Lechero: (sust./adj.) suertudo, afortunado.
Lorna: (adj.) tonto (igual en femenino y masculino).
Luca: (f.) moneda, equivalente a un Sol peruano.

M

Manyar: (v.) entender, conocer.
Mariachi: (m.) marido, esposo.
Metiche: (sust./adj.) entrometido.
Misio: (adj.) sin dinero.
Mitra: (f.) cabeza.
Monse: (sust./adj.) tonto, ingenuo.
Mosca: (adj.) alerta, despierto.

P

Palta: (f.) vergüenza. “Rocío me hizo pasar una palta cuando dijo que soy muy tacaño”.
Pata: (sust. inv.) amigo. “Jorge es pata de Carlos”.
Pichanga: (f.) 1) partido de fútbol amistoso, espontáneo, informal
Piña: (f.) 1) persona con mala suerte; 2) (adj./sust.) desafortunado.
Pituco: (sust.) persona adinerada, rico.
Pollada: (f.) fiesta popular de barrio donde el platillo principal es el pollo a la parrilla.

Q

Quincearse: (v.) equivocarse, confundirse. “Paola se quinceó de calle y se perdió”.
Quitarse: (v.) irse. “Bueno, un gusto... me quito”.

R

Rayarse: volverse loco (adj.: rayado). “No le hagas caso que está rayado”.
Recursear: Sinónimo de cachuelear.
Refri: (m.) frigorífico, nevera. “Saca el postre del refri”.
Roche: (m.) vergüenza. “A Sara le daba roche desvestirse delante del médico”.
Rosquete: (m.) hombre homosexual (peyorativo).
Ruca: (f.) prostituta, mujer promiscua.

S

Salado: (adj.) desafortunado, con mala suerte
Sangrar: (v.) pedir dinero perniciosamente.
Sanguche: (m.) emparedado.
Sapo: (sust./adj.) curioso.

T

Telo: (m) hotel, hostal, motel.
Terruco: (m.) terrorista.
Tirar: (v.) tener relaciones sexuales.
Tirar cabeza: no devolver algo prestado. “Mónica te tiró cabeza con el vestido”.
Tombo: (m.) agente de policía. “El tombo me paró cuando iba manejando”.
Tono: (m.) fiesta.
Toque: (m.) momento, rato. “Espérame, regreso en un toque”.
Trampa: (f.) mujer promiscua.
Tranca: (adj.) borrachera.
Trome: (adj./sust.) hábil, diestro, que destaca.

V

Vacilón: (m.) 1) diversión; 2) pasatiempo, hobby; 3) relación pasajera o poco seria.

Y

Yuca: responsabilidad pesada, tarea engorrosa. “Ese trabajo está yuca”.
Yunta: (sust. invariable) amigo íntimo.
Yapa: (f.) añadidura que obsequia el vendedor al comprador.


Para acceder a la versión completa, pueden visitar la siguiente dirección: http://www.jergasdehablahispana.org/peru.htm.