martes, julio 05, 2005

Informalidad nuestra de cada día

Los relojes marcaban las 10 de la noche con 30 minutos del sábado anterior al Día del Padre cuando me di cuenta que no había comprado un regalo para mi abuelo, con quien iba a tomar desayuno ese domingo tan especial, que serviría para que el más ingrato de sus nietos expiara sus culpas, que en el fondo siempre terminan siendo las culpas del maldito trabajo y sus horarios prohibitivos.

Como resulta obvio, a esa hora todas las tiendas estaban cerradas y mi preocupación por no encontrar un regalo para la hora del desayuno era casi tan grande como mi sentimiento de culpa. Otra vez le iba a fallar al viejo.

Entonces me acordé que en Polvos Rosados las tiendas se quedan abiertas hasta bastante tarde. Le pedí a mi enamorada que me acompañara y nos fuimos con rumbo al Ovalo de Higuereta. En el taxi convenimos que lo más adecuado era comprar una casaca bonita para que mi abuelo vaya bien pintón a las sesiones de rehabilitación que debe llevar luego que sufriera una hemiplejia temporal.

Mis esperanzas se vieron satisfechas con creces cuando las vendedoras de dicho campo ferial casi se pelean para que les comparara alguna prenda. Finalmente, luego de caminar por algunos minutos, encontré una casaca perfecta para mi abuelo. Cuando creí que mi suerte no podía ser mejor, hice un descubrimiento que me alegró todavía más. En medio de toda la ropa amontonada se dejaba ver el cable de un POS, perdido entre polos, pantalones y chompas.

¿De casualidad aceptan VISA?, le pregunté incrédulo a la vendedora, quien resuelta me dijo que por supuesto. Como quiera que no contaba con mucho efectivo en ese momento, me felicité a mi mismo por haber descubierto que la modernidad había llegado a Polvos Rosados, al cual hasta ese momento no le había descubierto otra bondad más allá de ser el paraíso de los DVDs piratas y juegos de Play Station. (Recuerdo que una vez con mi hermano nos gastamos una cantidad vergonzosa en ambos rubros).

En fin, le di mi tarjeta a la chica, quien a su vez llamó a otro muchacho que “sabía como usar ese aparato”. Luego de recibir mi tarjeta se metió entre la ropa para “desenterrar” el POS. Pasaban los minutos y el muchacho no terminaba con la bendita operación. En ese momento se me acabó la suerte.

Al largo rato, el patita regresó con la misma cara que puso el Chavo del Ocho cuando Don Ramón le preguntó por los churros de Doña Florinda que se había comido. Con bastante disimulo llamó a la vendedora, mientras a mí se me borraba la sonrisa del rostro. “Uy, ¿y ahora?”, le preguntó la chica mirando de reojo a donde yo esperaba junto a mi enamorada.

“Ejem… señor nos hemos equivocado”, musitó la muchacha, mientras me alcanzaba el voucher y luego me explicaba que el chico “que sabía como manejar ese aparato” aplastó un cero de más y en vez de ingresar los 67 soles de la casaca, cargó la friolera de 670 soles. Pero eso no era lo peor de todo. El “experto” ahora no sabía como anular el consumo porque no conocía cuál era el código de Visanet y cuando le preguntaron a la dueña por el bendito código, respondió muy suelta de huesos que ella ni siquiera sabía qué era Visanet.

Al final, en lo único que tuve suerte esa noche es en haberle pedido a mi enamorada, quien trabaja en un banco y con sus contactos resolvió el problema, que me acompañara. De lo contrario, queridos amigos míos, no podría ir a la próxima reunión blogger, porque mi tarjeta estaría sobregirada.

9 comentarios:

Jomra dijo...

Saludos

Jejeje, así me gusta, pagandodiezz veces más el precio de los objetos como método de ayudade la inversión... Ah no, que no era por eso... Pues mmmm, oiga, que no perdió el dinero ni le copiaron la tarjeta :P.

¿Y al progenitor de uno de sus progenitores le gustó la casaca? Es importante saber ese extremo ;).

Hasta Luego ;)

PD: Rayos, ¿ahora sólo dejará alos bitacoreros del "Blogger" hacer comentarios?

edgar dijo...

Se diría que pagaste "buen precio".

Juan Arellano dijo...

Sí Angel, ¿Le gusto al abuelo la casaca o no? De repente ahora hasta tiene más "jale", jejeje.

Angel Castillo Fernández dijo...

Ja ja ja ja... Jomra y Juan... el asunto es que terminé tan mortificado que al final no compré nada en esa tienda ni en ninguna otra de Polvos Rosados. Terminé comprando una casaca en Plaza Vea (lo único que quedaba abierto)que no estaba tan bonita y encima costaba 50% más. Pero así es el fútbol. Saludos!

Rolando Escaró dijo...

jajaja era de suponer que sucederia algo asi, me parece que trataron de engañarte amigo, suerte que tu enamorada pudo ayudarte.

pd. mañana es la bendita reuna del 2+2 ¿algo más que añadir a la relacion Perú - chile?

Angel Castillo Fernández dijo...

Al parecer eso sucedió mi querido Digler.

Respecto al "2 + 2" es una importante señal de normalización de las relaciones. No te olvides que además de los Ministros chilenos de Relaciones Exteriores y de Defensa, estarán también los de Economía y Educación. Es importante que reconstruyamos nuestra relación con un país con el que, disputas aparte, somos complementarios.

Morena dijo...

Bueno...felizmente se arregló el asunto. Tener un enamorado o enamorada cerca suele resultar útil en esas ocasiones.
Bueno si te ibas a Tottus quizá conseguías algo más bonito. Yo estuve entre la ropa de damas y varios trapitos me gustaron tanto que se me pegaron encima y me acompañaron a casa :p

Morena dijo...

Por cierto..al fin se animó ud a escribir.

Angel Castillo Fernández dijo...

Sí pues, Morenita... pero el problema es que los Tottus me quedan muy lejos.