viernes, marzo 11, 2005

España, aparta de mí este cáliz

(A un año de la muerte de cuatro peruanos en los brutales atentados en la estación de trenes de Atocha)

Habían llegado a España en busca de las oportunidades que no encontraban en el Perú para sacar adelante a los suyos. Algunos tenían hasta tres empleos. No importaba. Cualquier esfuerzo era poco para progresar en tierras lejanas. Una mañana, que parecía ser cualquier otra, la dinamita de trece malditas mochilas convirtió a Atocha en la última estación de sus vidas.

El 11 de marzo de 2004, medio centenar de extranjeros, entre ellos peruanos, ecuatorianos, colombianos, hondureños, dominicanos, rumanos, polacos, búlgaros y marroquíes, perdieron la vida en los brutales atentados perpetrados contra cuatro trenes suburbanos de la capital española y su periferia sur.

Image hosted by Photobucket.com

En total murieron 192 personas y mil 900 resultaron heridas, la mayoría obreros y estudiantes que a las 07:30 estaban en los trenes o esperaban en los andenes de las populares barriadas de Santa Eugenia, el Pozo del Tío Raimundo y en la estación de Atocha, sin imaginar que esa fría mañana madrileña encontrarían a la muerte en forma de una espantosa explosión.

El lugar de las explosiones fue muy lejos del Perú, pero la tragedia fue muy cercana. Entre las víctimas se encontraban cuatro de nuestros compatriotas que, al precio de alejarse de sus familias o de sus hijos pequeños, intentaban forjarse un mejor porvenir en España.

Vaya este post como un sencillo homenaje a la memoria de Neil Hebe Astocóndor Masgo, Carlos Marino Fernández Dávila, Juan Antonio Sánchez Quispe y Jaqueline Contreras Otiz.

No hay comentarios.: