lunes, enero 23, 2006

En la puerta de mi casa

Mi papá veía el noticiero de la noche en el televisor de la sala cuando sonó el timbre y por el intercomunicador oyó las voces de dos amigos de mi hermano que lo venían a buscar. Mi hermano salió y se quedó hablando con los muchachos en la puerta que da a la cochera, mientras mi papá miraba el televisor sentado en el sillón de su apacible sala.

Seguramente en ese momento el noticiero pasaba una de esas noticias que vemos en cantidades industriales y que nos desnudan la total inseguridad ciudadana en la que vivimos los limeños. Mi viejo pensaría en ese momento que ya uno no está seguro ni en su propia casa.

El sonido del timbre probablemente lo sacó de su reflexión. Era mi hermano con el rostro lívido. Con suerte había logrado cerrar la puerta de la casa cuando se dio cuenta de los revólveres que tenían en las manos esos muchachos con pinta de cantantes de reggaeton que bajaron de un Subaru plateado. Se quedó afuera. Afortunadamente no tenía nada que le pudieran robar, pero a sus amigos les quitaron sus billeteras y celulares.

Mientras llegaba la camioneta del serenazgo, seguramente mi viejo pensaba que la inseguridad ciudadana pasó de la pantalla de su televisor a la puerta de su casa. A la puerta de mi casa.